Os dejamos con una foto del equipo de arte y con una notas de la
directora artística Rosario Aneas, colaboradora habitual e
imprescindible de Prodo, responsable de crear dos edificios y una
estética muy personal e impactante para el mundo de
HAMBRE. Rosario, además de creativa, trabajadora incansable y directora
artística, es profesora de la Escuela de Arte, donde imparte entre
otras cosas Arquitectura Efímera o Decorados. La foto de abajo se
corresponde a uno de los decorados del corto.
Dirección de
arte – Rosario Aneas
Decorador – Rubén Iglesias Fernández
Attrezzista – Antonio Fernández Morillas
La tarea del director artístico es la de generar una atmósfera que ayude a subrayar rasgos esenciales de los personajes y del argumento, para hacerlos verosímiles.
Decorador – Rubén Iglesias Fernández
Attrezzista – Antonio Fernández Morillas
La tarea del director artístico es la de generar una atmósfera que ayude a subrayar rasgos esenciales de los personajes y del argumento, para hacerlos verosímiles.
Tras la lectura del guión de Hambre, esta tarea se presentaba difícil. Los contextos en los que se desarrollarían cada una de las acciones, las localizaciones, eran espacios no vinculados directamente a los personajes principales.
Tras no pocas conversaciones con Mario de la Torre, que describían a las protagonistas, Ana, Pau y Julia, y en las que aparecían magníficas sugerencias sobre iluminación, caracterización, etc. y también alguna referencia: “The Road” dirigida por John Hillcoat; todo comenzó a tomar forma.
Los primeros y más grandes esfuerzos se invirtieron en la creación de la chabola que debía dar cobijo a las tres protagonistas. Hubo que construir dos escenarios fácilmente transportables y manipulables, que dieran credibilidad a las escenas que se desarrollarían en su interior y su exterior. Para el interior se optó por materiales como la madera, el cartón, o los textiles, que proporcionaban cierta calidez (al fin y al cabo una chabola es un hogar) y casaban con la estética pretendida. Para el exterior, la chapa grecada de acero galvanizado en su color o lacada en blanco y la madera, aportaban el colorido y la textura necesaria, para una escena nocturna. El atrezzo, que conseguimos en colaboración con el equipo de producción y con no menos esfuerzo, que agradezco enormemente, fue muy importante para dar vida a ambos escenarios y marcar con sutileza algunos aspectos del guión.
Además hubo que acondicionar el interior de una nave industrial en la que se resguardarían Ana y Pau, así como diferentes localizaciones del polígono en el que ésta se ubicaba. Un trabajo que exigió quizá menos dedicación, pero de cuyo resultado estamos igualmente satisfechos.
Cuestiones de presupuesto, que obligaron a modificar algunas de las soluciones inicialmente propuestas, y las “vueltas de tuerca” que Mario de la Torre daba, cada vez que veía conseguidas sus expectativas, persiguiendo siempre un añadido más, han enriquecido enormemente al proyecto y a su directora artística. Es y será siempre un placer trabajar bajo la tutela de Mario de la Torre.
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